En reposo, en silencio,
sé que tú eres Señor.
Al estar en tu presencia,
sé que hay restauración.
Al oÃr tu dulce voz,
te seguiré mi Rey, mi Dios.
No hay nadie como tú, sólo Cristo.
Moriste por mà en la cruz,
viviré para alabar.
En el caos, en tormenta,
sé que sigues siendo Dios.
Cuando siento que soy débil,
me das la gracia para seguir.
Al oÃr tu dulce voz,
cantaré esta canción.
//No hay nadie como tú, sólo Cristo.
Moriste por mà en la cruz,
viviré para alabar//
Tuyo soy, mÃo eres tú.
Tuyo soy, mÃo eres tú.
Tuyo soy, mÃo eres tú.
Tuyo soy, Dios...
//Mi deleite está en ti,
mi corazón, toda mi fe.
Mi deleite está en ti,
por siempre...//
No hay nadie como tú, sólo Cristo.
Moriste por mà en la cruz,
viviré para alabar.