El oro y la plata
no me han redimido.
Mi ser del pecado
no pueden librar.
La sangre de Cristo
es mi sola esperanza,
su muerte tan sólo
me pudo salvar.
Coro
Me redimió, mas no con plata.
Me compró el Salvador
con oro no, mas con su sangre.
¡Grande precio de su amor!
El oro y la plata
no me han redimido.
La pena terrible
no pueden quitar.
La sangre de Cristo
es mi sóla esperanza,
mi culpa su muerte
la alcanza a borrar.