Bendice, ¡ oh, alma mía!
A Jehová tu Dios,
Y no te olvides de apreciar
Su grande amor.
Pues El te perdonó
Tu mucha iniquidad;
Y al ver tu angustia y contrición,
Te dio su paz.
Tu vida rescató
De la condenación,
Y te corona de favor
Y bendición.
El quiere hartar de bien
Tu vida espiritual,
En alas de esperanza y fe
Remontarás.
Un miserable soy
Indigno pecador,
Mas, por la fe en mi Salvador,
Mi Padre es Dios
Su espíritu obra en mi
Y no me dejará,
Al acabar mi vida aquí
Veré su faz