Para todo viajero
Que camina con tesón
Por la senda que conduce
A los brazos de su Dios,
Hay un faro luminoso
Que le presta su fulgor
En el santo Jesu-Cristo,
El bendito Salvador.
Para aquel a quien el mundo
Desgarró su corazón,
Deshojó sus ilusiones
Y su alma marchitó,
Hay un bálsamo divino
Que le dé consolación,
En el Santo Jesu-Cristo,
El bendito Salvador.
Para el hombre que perdido
Por el mal que practicó,
De su suerte desespera
Y fallece de dolor,
Hay un médico divino
Que le brinda redención
En el Santo Jesu-Cristo,
El bendito Salvador.