¡Dulce oración, dulce oración,
Que del cuidado terrenal
Sabes llevar mi corazón
Hasta el buen Padre celestial!
¡ Oh cuántas veces tuve en ti
Auxilio en ruda tentación,
Y cuantos bienes recibí
Por tu valor, dulce oración.
Dulce oración, dulce oración,
Al trono excelso de bondad
Elevarás mi petición
Hecha con labios de verdad.
Será mi ruego oído allí,
Y la divina bendición
En abundancia sobre mí
Descenderá, dulce oración.
Dulce oración, dulce oración,
Que aliento y gozo al alma das;
En esta tierra de aflicción
Consuelo siempre me seras,
Hasta el momento en que veré
Francas las puertas de Sión.
Volando entonces te diré:
¡Adiós, adiós, dulce oración